Las playas de Pirangi y el árbol cajueiro Gigante.

Pirangí se sitúa en el municipio de Parnamirim, a unos 20 kilómetros de Natal, capital del estado de Rio Grande do Norte; está cortada por el río Pirangí, que la divide en Pirangí do Norte y Pirangí do Sul(Sur) ; sus playas son de aguas tranquilas.

Pirangí del Norte es ideal para la práctica de deportes náuticos, incluso buceo, y en la arena suelen desarrollarse competencias deportivas; Pirangí del Sur es más tranquila y familiar.

Con la marea baja, los bancos de corales forman islas y piscinas naturales a un kilómetro mar adentro; son los llamados parrachos de Pirangí, visitados por lanchas particulares y barcos turísticos, y apreciados por su gran belleza.

Todas estas características son compartidas por muchas otras playas en Brasil, pero en Pirangí del Norte hay algo que no se encuentra en ninguna otra parte del país ni del mundo, una anomalía botánica transformada en atracción turística: el cajueiro gigante, registrado en el Guinness Book como el más grande del mundo.
Demos números: cubre una superficie de más de 8.000 m2, con un perímetro de aproximadamente 500 metros. Fue plantado en 1888 por un pescador llamado Luiz Inácio de Oliveira, quien murió a los 93 años de edad, a la sombra de su cajueiro.

El cajueiro (Anacardium occidentale) es un árbol nativo del nordeste de Brasil y de la región de las Guayanas; su fruto, muy apreciado, se denomina cajú, palabra que proviene de una lengua indígena, y en castellano recibe distintos nombres según la región: en España se llama anacardo y en Uruguay, Argentina y Chile, castaña de cajú.

El famoso ejemplar que llama la atención en Pirangí del Norte presenta varias anomalías genéticas que explican su desmesurado crecimiento. En primer lugar, en vez de crecer hacia arriba, las ramas del árbol crecen hacia los costados; con el tiempo, tienden a curvarse hacia abajo por su propio peso, hasta alcanzar el suelo. Entonces viene la segunda anomalía: al tocar la tierra los gajos empiezan a echar raíces y vuelven a crecer como troncos de otros árboles. Resultado: donde parece que hubiera una multitud de árboles, hay en realidad uno solo.

Para mejor apreciar la diferencia, existe en el mismo parque otro cajueiro, totalmente normal. En tiempo de cosecha, que dura de septiembre a diciembre, los cajueiros producen cerca de ochenta mil frutos, que los visitantes pueden saborear.

Dentro del parque hay un mirador de unos 6 metros de altura que permite observar en toda su amplitud la copa del gigante vegetal. Hay también visitas guiadas y quioscos que venden alimentos, bebidas y souvenirs.

La castaña de cajú es rica en nutrientes, recomendada para la dieta vegetariana. Puede comerse cruda, tostada y salada, tostada con miel, cubierta con chocolate, como ingrediente en pasteles, helados y en otros productos de confitería.