La ciudad de Morretes.

Morretes es una pequeña ciudad histórica del estado de Paraná, situada en las cercanías de Curitiba (capital del estado), al pie de la Serra do Mar.

Un pueblo que sabe conciliar las necesidades del turismo con la preservación de sus tradiciones más arraigadas.

A Morretes se puede llegar por carretera, pero también (y te lo recomiendo si deseas conocer el Brasil sureño profundo y auténtico) por el tren de la sierra, el histórico Serra Verde Express, que une Curitiba – Morretes – Paranaguá, considerado una obra maestra por los ingenieros del mundo entero, por las dificultades geográficas que hubo que resolver y también por la extraordinaria belleza de los paisajes que la enmarcan.

La Estrada da Graciosa, la carretera que une Curitiba con el litoral, confluye necesariamente en Morretes, lo que le da a esta ciudad una situación estratégica desde el punto de vista turístico.

Sea como fuere, lo cierto es que el municipio de Morretes ha desarrollado sus potencialidades turísticas en las últimas décadas, gracias a sus numerosas atracciones y a la acción de los gobernantes y la población para cuidar y preservar el medio ambiente y el patrimonio histórico de la región.

En medio de los espectaculares paisajes de la Sierra, lugares como el pico Marumbí o los rápidos del río Nhundiaquara, o los senderos coloniales a través del bosque, con sus recovecos llenos de cascadas, proponen actividades turísticas y deportivas interesantes y variadas en contacto con la naturaleza.

Por otro lado, la belleza de las casas coloniales de Morretes, relativamente bien conservadas, junto con los monumentos históricos y religiosos, atraen por lo pintoresco y las peculiaridades culturales. Pasear a pie por el Centro Histórico de Morretes es viajar al siglo XVIII, donde caseríos coloniales se mezclan al verde de la naturaleza. Tiendas de artesanías, feria de productos locales, iglesias y plazas forman un conjunto maravilloso con el río Nhundiaquara, que corta la ciudad.

Morretes se enorgullece de conservar expresiones culturales ancestrales, como el baile denominado fandango, traído de Portugal por los colonizadores, y que hoy se mantiene a través de grupos que lo cultivan. Inseparable del fandango es el agasajo a los participantes consistente en el barreado, plato tradicional.

Todos los sábados a la noche, en el caserón del Instituto Mirtillo Trambini, en pleno Centro Histórico, hay un espectáculo de luz, color y sonido, con fuegos artificiales y show musical; además de eventos y celebraciones a lo largo del año.

A 6 kilómetros del centro de la ciudad se halla el poblado de Porto de Cima, que, junto con Morretes, debieron su prosperidad en el siglo XIX al procesamiento de la yerba mate que se hacía en sus ingenios; luego pasó a hacerse en Curitiba, y los dos pueblos recurrieron a la actividad turística para dar nuevo impulso a su economía.

Imágenes: serraverdeexpress, wikipedia