Ilha do Cardoso, un lugar tranquilo y mágico.
En el litoral sur del estado de São Paulo, en una franja de 200 kilómetros que se extiende en línea recta entre los municipios de Iguapé y Cananéia, se sitúa la región del Lagamar.
Es en esta región, y en el municipio de Cananéia, donde se encuentra el Parque Estadual da Ilha do Cardoso (PEIC), una de las grandes reservas de vida silvestre que alberga Brasil; este parque se compone de montes, ríos e islas, que forman un conjunto de canales paralelos a la costa y bordeados de marismas.
La flora está formada por todos los tipos de vegetación de la Floresta Atlántica costera, con una amplia variedad de ambientes naturales y, junto con la fauna forman una reserva de gran riqueza y diversidad biológica.
En el costado de la isla bañado por las aguas del océano se pueden apreciar las playas, los acantilados y las dunas; en la parte occidental, en el Canal de Ararapira y la bahía de Trapandé, se forman los manglares, y un extenso banco de arena cubre la mayor parte de la llanura costera.
En el Parque habitan seis comunidades indígenas (caiçaras), que conservan rasgos de su cultura como lo es su profundo conocimiento de la naturaleza; en su mayoría son pescadores y en los últimos tiempos incorporaron el turismo como fuente de ingresos.
Junto a las riquezas naturales, el Parque Ilha do Cardoso guarda también reliquias históricas, como los sitios arqueológicos o sambaquis, las ruinas de la época colonial y un testimonio del tratado de Tordesillas, por el que en tiempos de la conquista y
colonización, España y Portugal definieron sus dominios en tierras sudamericanas.
Las atracciones turísticas son numerosas, empezando por una buena caminata en las playas de Marujá, Itacuruca, Ipanema, Foles, Laje, Ensenada de la Ballena, Cambriu o Ponta do Sul; no sólo para tomar un baño de mar, sino también para conocer a las comunidades caiçaras, donde algunas familias ofrecen alojamiento y comida.
Hay muchas otras excursiones organizadas, como la visita al Museo de Historia Natural, con las especies marinas de la región; o, más llamativo aún, un paseo a las cascadas, con baño en las piscinas naturales incluido; o a los manglares del río Perequé, donde la mezcla del agua dulce de los ríos con la salada del mar da vida a numerosas especies marinas, algunas de ellas endémicas de la región, y a una vegetación rica y diversificada.
Otra opción interesante es un paseo al Núcleo Perequé, con observación de plantas medicinales, líquenes, bromelias y orquídeas, o al Morro das Almas, caminata fácil de 2 kilómetros, que permite apreciar cómo se va modificando la vegetación a medida que se avanza por la llanura costera en dirección a la Serra do Mar.
Una visita al sitio arqueológico será motivo de emoción y aventura, al descubrir, andando en medio del bosque y por los acantilados, fragmentos de huesos, conchas y otros objetos varias veces milenarios.
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