El Parque Nacional do Pau Brasil.

El Parque Nacional do Pau Brasil, o “del palo brasil” (en español) es una de las ocho áreas de la Costa del Descubrimiento, en el estado de Bahía, declaradas Patrimonio Mundial de la Humanidad debido a su significación histórica, por ser el lugar del continente americano adonde primero llegaron los europeos, y ecológica, por ser la Mata Atlántica una de las selvas tropicales más amenazadas del planeta.

Fue creado en el año 2000, en coincidencia con los 500 años del descubrimiento de Brasil, ya que es el territorio que primero avistaron los navegantes portugueses en sus viajes de exploración del entonces desconocido continente.

El interés que movía a los descubridores europeos era la búsqueda de metales preciosos y especias, que por entonces constituían la riqueza codiciada. No los hallaron en estas tierras, pero sí encontraron otra riqueza, el palo brasil, un árbol de hasta 30 metros de altura, de madera roja, dura y resistente, de la que en Europa se obtenía una sustancia llamada “brasileína”, utilizada como colorante para teñir tejidos. Esto provocó una explotación intensiva durante muchas décadas, que casi acabó por agotar la especie, de la que sólo quedaron escasos ejemplares.

La superficie del Parque no es muy grande; tiene 1.145 hectáreas de bosque protegido, incluyendo el palo brasil, y está dividido en dos zonas: la primera, de 800 hectáreas, está dedicada a la protección de la floresta, y la segunda, de 345 hectáreas, está dedicada a la investigación ecológica y forestal, y a acciones educativas en protección ambiental.

El bosque es denso y de difícil acceso; sólo algunos caminos abiertos por antiguos hacendados, permiten llegar a lugares de interés y conocer sus atractivos. A veces se hace más difícil, porque es común que haya fuertes vientos que derriban los árboles, y los troncos caídos obstruyen el paso, de modo que se necesitan equipos y herramientas especiales para despejar el camino.

Caminando dentro del bosque se encuentran muestras de palo brasil, así como orquídeas que adornan los senderos, y el acompañamiento sonoro de las aves que pueblan la zona, como arapongas, macucos y picaflores. Una pequeña caída de agua del río Jacuba forma el Salto del Macuco, que es una rareza en un lugar de suelo arenoso y sin rocas.

La presencia de animales se nota por sus huellas a orillas de los ríos: tapires, agutíes, pacas, y hasta jaguares; pero verlos es casi imposible, porque los cazadores han hecho que desaparecieran de lugares con acceso al hombre, y se refugiaran en el interior del bosque.

Se espera que pronto el Parque esté abierto al público, ya que en principio sólo lo es para la investigación científica. Pero se está estructurando para recibir visitantes, con las facilidades necesarias.

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